TRANSICIÓN ENERGÉTICA E HIDRÓGENO VERDE.

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Palanca para el desarrollo o entrega de los recursos

Palanca para el desarrollo o entrega de los recursos .El DEBATE NECESARIO

La denominada transición energética es un fenómeno global que incorpora una gran complejidad de variables en su génesis. Principalmente ambiental, como una herramienta clave para la mitigación del cambio climático. Pero, que no oculta otros componentes políticos y económicos internacionales asociados a la seguridad energética de los países centrales (que la guerra en Ucrania puso de manifiesto), la resiliencia de las cadenas de valor, y, especialmente, la disputa
por la hegemonía tecnológica e industrial entre los “nortes globales” que incluyen a EEUU y la UE
, pero también a China que actualmente el líder tecnológico en sectores estratégicos.

Por lo tanto, detrás de esta transición se esconde un gran negocio internacional en el que operan actores globales con una lógica que transciende al cuidado del clima y el ambiente. Estos actores globales buscan alianzas estratégicas con socios minoritarios locales, que también dejan ver con claridad sus objetivos de rentabilidad y acumulación por arriba de los enormes desafíos globales que enfrentaremos en el corto, mediano y largo plazo en términos de mitigación y adaptación a la catástrofe climática y, el desafío particular para Argentina de reindustrialización como único camino para el desarrollo económico y social.

NO ES LA PRIMERA TRANSICIÓN ENERGÉTICA DE LA HISTORIA


Este fenómeno de transición energética no es la primera vez que sucede en la historia moderna, el petróleo condujo a la transformación de la matriz energética a base de carbón mineral, el gas natural la extensión de la red de distribución y el comercio de GNL condujo a una diversificación de esta matriz, pero siempre basada en hidrocarburos.

En cada transformación se abrieron enormes negocios globales, y fuertes transformaciones productivas y tecnológicas, con oportunidades para el desarrollo, pero también obstáculos, en muchos casos elevados las disputas en torno a la apropiación de las rentas económicas generadas por los recursos naturales. También acarrearon transformaciones tecnológicas y productivas, oportunidades de crecimiento y especialmente de desarrollo industrial.

PREGUNTAS APROPIADAS

Cabe preguntarse ante esta experiencia histórica ¿cuál es el balance en términos tecnológicos y productivos dejaron a la nación, a la Patagonia y particularmente a Chubut, casi 120 años de explotación hidrocarburífera?

Y ¿cuáles serían los resultados relativos obtenidos si esto se comparase con otros países petroleros? Dicen, irónicamente, que en el siglo XX surgieron tres tipos de naciones: aquellas con petróleo, las sin petróleo y Argentina, una nación petrolera, pero con intentos vacilantes, a veces exitosos y a veces fallidos por canalizar estos recursos al desarrollo productivo.

Sin dudas no habría historia industrial argentina sin desarrollo hidrocarburífero. No obstante, otras tantas veces vio reducido su espacio de implementación de políticas industriales por legislaciones liberales que más que protección de la propiedad actuaron como garantía de rentabilidad a modelos extractivistas, dejando la paradójica situación de ausencia de oportunidades a los territorios ricos en recursos.


Esta experiencia da por tierra la teoría de las ventajas comparativas y deja en evidencia que la sola disposición de recursos estratégicos no garantiza un camino de desarrollo, si no se ve acompañado de la construcción de políticas industriales y territoriales que tiendan a transformar dotaciones estáticas en unas ventajas competitivas dinámicas.

TRANSICIÓN ENERGÉTICA


La transición energética que actualmente enfrenta el mundo vincula a todos los países. Es una herramienta central para enfrentar un problema global que no conoce de fronteras y que afecta a toda la humanidad, el cambio climático. No por eso corresponde olvidar que son los países centrales los mayores responsables de las emisiones totales acumuladas a lo largo de su proceso de industrialización (especialmente EEUU, la UE, Asia desarrollada y recientemente China).

Y no son estos países los responsables de aportar los recursos naturales para la generación de las energías verdes y los combustibles del futuro. Es decir que, deberán recurrir a los países periféricos, con bajos índices de industrialización, y localizados mayormente en el sur global en la búsqueda de los recursos naturales y el territorio necesarios para la generación de la energía renovable y el abastecimiento de la demanda de agua requerida para la extracción de hidrógeno, para abastecer así, sus necesidades de energía limpia.

PRINCIPALES VECTORES DE LA TRANSICIÓN ENERGÉTICA


Uno de los principales vectores de la transición es el hidrógeno de bajas emisiones (H2), que puede ser clasificado según el origen de la energía empleada en su proceso de producción en H2 Rosa (energía nuclear), H2 Verde (energía renovable, principalmente eólica, hidroeléctrica y solar) e H2 Azul (combustibles fósiles con captura de carbono).

AGUA , EL INSUMO CRÍTICO

No obstante, para la obtención de este, en cualquiera de los casos, se requiere de un insumo crítico: el agua dulce, ya que su generación implica el proceso electroquímico denominado electrólisis, basado en la separación de los átomos de oxígeno e hidrógeno de la molécula de agua, y esta última debe ser de alta pureza, por tal motivo, dulce.


Así como los países periféricos disponen de los recursos naturales y de una menor responsabilidad relativa respecto a las emisiones de Gases Efecto Invernadero (GEI), de acuerdo a lo reconocido en la COP 21 de París, los países desarrollados disponen del paquete tecnológico para la generación de las energías necesarias y la producción y logística internacional del hidrógeno.

LOS ESTADOS DE PAISES INDUSTRIALIZADOS SE INVOLUCRAN ACTIVAMENTE Y ECONOMICAMENTE

Para estos últimos urge, además, la necesidad de avanzar en la reducción de sus emisiones de GEI así como de desarrollar íntegramente estas cadenas con objetivos de seguridad y resiliencia de sus cadenas de valor.
En contexto, en el año 2022, Estados Unidos impulsó el mayor paquete de apoyo al desarrollo tecnológico industrial sostenible que se conoce hasta el momento”, Inflation Reduction Act (IRA)”, una iniciativa del Estado Norteamericano para promover, mediante subsidios y financiamiento a tasas preferenciales el desarrollo de tecnología, capacidades productivas e infraestructura nacional con el objetivo en enfrentar la transición energética.

El Estado norteamericano aportará más de 17 mil millones de dólares de los cuales, 12 mil irán el desarrollo de nuevas capacidades productivas y 5 mil millones para el desarrollo de nueva infraestructura y la recuperación de vieja infraestructura.

EL ESTADO COMO ACTOR CENTRAL. EL EJEMPLO DE LOS PAISES INDUSTRIALIZADOS


Demostrando, claramente, que el Estado es un actor central en los procesos de desarrollo, especialmente cuando se quieren alcanzar objetivos ambientales y de desarrollo industrial. Esta política contrasta con lo que observamos en Argentina, donde se sostiene que el Estado debe darle lugar al mercado.

La Unión Europea tomó una decisión similar impulsando el programa RePower UE, que fomenta el desarrollo de energías limpias para abandonar progresivamente la dependencia de Rusia, con objetivos de seguridad energética, y la política industrial el pacto verde, como herramienta para expandir capacidad esindustriales domésticas en sectores críticos vinculados a la transición ecológica.

UN CICLO QUE SE REPITE


En este escenario se vislumbra la reproducción de un ciclo histórico de acumulación económico-productiva global bajo una particular forma de división internacional del trabajo. Los países centrales, desarrollados, aportan el conocimiento y el desarrollo tecnológico y los países periféricos, subdesarrollados, los recursos naturales y el territorio para esa producción, cuyo principal destino es la exportación.

Esto no es más que una forma de reproducir los modelos extractivistas de los que no han podido desembarazarse las economías periféricas. A su vez, sectores de la burguesía local reclaman como “fundamental” una reforma laboral para para flexibilizar y aportar también mano de obra barata, asumiendo como un hecho que el trabajo calificado será
importado
mediante la tecnología asociada a la explotación de los recursos, transformándose de esta forma en socios minoritarios pero funcionales a un esquema de explotación extractiva.

OPORTUNIDAD HISTORICA PARA LA PATAGONIA


Aun así, Argentina, la región patagónica y especialmente Chubut, se encuentran ante una potencial oportunidad histórica. Para ello, es necesario revisar el modelo de desarrollo nacional y regional, sus características históricas, su vínculo con la economía mundial y evaluar si desde esa perspectiva la transición energética representa una oportunidad de desarrollo para la región y la nación o si, por el contrario, se constituye en la amenaza de reproducción de ciclos económicos históricos de apropiación y explotación de recursos naturales sin desarrollo tecnológico nacional y local.

EL DEBATE


En relación al debate histórico planteado entre el modelo extractivo y el modelo de industrialización, existen con estado parlamentario en el Congreso de la Nación dos proyectos de ley para regular la actividad de inversión, producción y comercialización de Hidrógeno. Uno de ellos, fiel a la lógica del gobierno de Javier Milei, abre la actividad a la importación de tecnología y a la exportación del vector energético, en este caso Hidrógeno.

El otro proyecto, presentado a fines del año 2019 por la Secretaría de Energía, elaborado a partir de la interacción de múltiples áreas de gobierno, incluyendo a la Secretaría de Industria, a la Secretaría de Asuntos Estratégicos y al Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible de la nación.

EL PROYECTO NECESARIO

Este proyecto promueve, a partir de la explotación de un recurso estratégico, el territorio, la generación de energía renovable vía la condición ecosistémica del viento, el desarrollo de la cadena de valor asociada, incluyendo la industria local, la promoción del desarrollo tecnológico, la incorporación del trabajo argentino especializado, tendiendo a un proyecto argentino para el desarrollo nacional.

Las universidades nacionales, los centros tecnológicos, las industrias domésticas tienen el potencial de contribuir enormemente al desarrollo productivo del sector.Este debate está sucediendo hoy en nuestro país y así como el presidente Milei se encarga sistemáticamente de entregar la soberanía nacional en nombre de su minoría electoral, es fundamental dar la discusión sobre el modelo de desarrollo nacional en nombre del 50% que no votó a este gobierno.

EL FORO DE CHUBUT. PRESENCIAS Y AUSENCIAS


El pasado mes de abril se desarrolló en la ciudad de Comodoro Rivadavia, organizado por el Gobierno de la Provincia de Chubut y la Plataforma H2 Argentina, el “Foro de Transición Energética e Hidrógeno Verde”, en donde estuvieron presentes las organizaciones representativas de los intereses globales y sus socios locales, quienes disputan los recursos naturales de nuestra patria para la prosperidad de sus intereses, solapados en un loable proceso de
sustentabilidad global.

No formó parte ninguna organización nacional asociada a los intereses industriales nacionales y ninguna organización académica, científica y/o tecnológica local. La Universidad Tecnológica Nacional Facultad Regional Chubut no participó del evento y en su lugar convocaron a la UTN Facultad Regional Buenos Aires (CABA) expresando la organización, a través de esa decisión, una concepción sin sentido federal.

LA INDUSTRIALIZACION LOCAL: VOCES A FAVOR Y EN CONTRA

La representante de la Universidad Pública (UTN CABA) abogó en contra de la incorporación de ciencia y tecnología local porque representa costos y trabas a las inversiones. Mientras que los representantes públicos del estado nacional en mayor medida, especialmente la Secretaría de Energía de la Nación, se expresaron contrarios a cualquier intención de desarrollar políticas de industrialización nacional y local porque, insistieron, son trabas a la inversión.

Al punto tal, que el reclamo central de la mayoría de los participantes del foro fue plantear la necesidad de un marco regulatorio que consolide la seguridad jurídica de los inversores para obtener el acceso a nuestros recursos naturales para la exportación, en un claro mensaje respecto a que modelo de desarrollo pretende para la Argentina y la Patagonia: extractivismo sin industrialización ni agregado de valor local y con la participación de alguna empresa de servicio local, ya que claramente, todo. todo, no se puede importar.

Ese Marco regulatorio se consolida en el proyecto del Régimen de Incentivo para las Grandes Inversiones (RIGI). En el peor escenario posible, se impulsará el proyecto de ley de marco regulatorio del hidrogeno desarrollado por el Lobby internacional a través de la Plataforma H2 Argentina al que parecen adherir algunos de los participantes locales del evento desarrollado en Comodoro Rivadavia.

LA POSTURA DE AGENDA CHUBUT


Desde Agenda Chubut consideramos necesario llevar adelante un profundo debate de las oportunidades para la región patagónica que representan el desarrollo de sus sectores productivos estratégicos. En este caso, las energías renovables y sus vectores energéticos derivados, como el Hidrogeno Verde.

Es fundamental debatir una estrategia de integración económica internacional que promueva la industrialización, el agregado de valor y la generación de empleo privado de calidad, con integración de ciencia y tecnología local y transferencia de tecnología a los sectores productivos.

La transición energética global es una gran oportunidad para dar ese debate, pero es necesaria la voluntad y la claridad
que se requiere para establecer los consensos hacia una política que realce el rol del estado en orden a esos objetivos.

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