LA INSENSIBILIDAD Y LA CRUELDAD COMO FORMAS DE GOBIERNO
Un año de gobierno de Javier Milei
Hoy se cumple un año desde que la Argentina se convirtió en el laboratorio de experimentación de un proyecto político, que, desde el primer momento de haber comenzado la gestión, ejerce un agresivo y sistemático plan de destrucción de la matriz de articulación social de la comunidad que lo eligió.
Gobernar con la motosierra ha sido hasta acá mucho más que la exótica exhibición de un candidato en el desarrollo de una campaña electoral.
A partir del dictado del DNU 70/2023 cada medida tomada por el gobierno de Javier Milei ha atacado algún derecho social, manifestando un particular ensañamiento con las organizaciones sociales que tienen como principal función asistir a los sectores más desprotegidos de nuestra sociedad, como con sectores de alto nivel de vulnerabilidad como la tercera edad y las personas con capacidades diferentes, por citar los casos más dolorosos.
Crueldad inédita
El incalificable proceder de la ministra de Capital Humano que se niega a distribuir más de cinco millones de kilos de alimentos, desconociendo intimaciones judiciales al respecto, compone un ejemplo revulsivo de ello.
A esa norma del Poder Ejecutivo la complementó la llamada Ley Bases, que otorgó un inusitado aval por parte de un sector de la oposición, para que, con absoluta discrecionalidad, el gobierno nacional pueda llevar a cabo un vertiginoso proceso de destrucción del estado que parece ser su objetivo fundamental, y que, con un grosero y agresivo relato, el presidente de la Nación presenta “orgullosamente” a diario.
Esa ley fue sancionada en el Congreso Nacional mediante un proceso legislativo plagado de sospechas que hoy, luego de la detención de un senador de la Nación, que aportó un voto fundamental para su sanción, tratando de contrabandear divisas que no puede justificar, confirma la oprobiosa degradación política a la que esta administración ha arrastrado al sistema democrático.
Al calor de la despiadada crueldad del gobierno nacional, que, teniendo una representación legislativa claramente minoritaria, ha construido una mayoría legislativa eventual con la colaboración de una oposición que vislumbra en cada ley debatida una oportunidad de negocios, políticos y de otras especies, se está llevando adelante un vertiginoso proceso de desarticulación de las capacidades estatales.
Lo que Milei se llevó en un año.
La eliminación de la obra pública, la privatización de empresas estatales emblemáticas como Aerolíneas Argentinas, la eliminación de organismos como el ENOHSA, la supresión de planes y programas sociales, el desfinanciamiento del sistema científico, la cancelación de programas de desarrollo tecnológico como el proyecto del reactor nuclear Carem 25, el desfinanciamiento del sistema público universitario y del sistema de salud, son algunos casos de muestra del derrotero destructivo del gobierno de Javier Milei.
El deshumanizado ajuste fiscal implementado, bajo la dogmática premisa del déficit cero, determinó un incremento en la tarifa de los distintos servicios públicos esenciales como energía eléctrica, gas y transporte público, que las ha tornado impagables para vastos sectores sociales. Todo ello, sumado al exponencial incremento de los combustibles, impactó además de manera destructiva sobre la producción industrial, que también enfrenta la apertura indiscriminada de importaciones contra las cuales resulta imposible competir.
16.500 PYMES bajaron la persiana y se perdieron 200.000 puestos de trabajo
En este escenario, se produjo el cierre de 16.500 pymes en los primeros 10 meses de gobierno libertario y la destrucción de aproximadamente 200.000 puestos de trabajo en el mismo período. Así estamos, sería enorme la lista de decisiones del gobierno nacional que podríamos señalar, que han tenido como denominador común el deliberado propósito de perjudicar a personas o sectores, de cercenar derechos, de generar padecimientos.
A esta altura de los hechos, y con sólo un año de gobierno de Javier Milei, esa enumeración es innecesaria como información, porque la padecen a diario millones de argentinos. Lo concreto es que cada decisión del gobierno nacional puede encuadrase en un breve compendio de intenciones como fragmentar, debilitar, saquear, endeudar, ajustar, colonizar.
Un claro esquema de entrega de la soberanía nacional en sus más diversos matices. El giro adoptado en las relaciones internacionales expone nítidamente esa vocación. El movimiento nacional y popular que nos contiene es el único que puede y debe comenzar a poner límites al accionar destructivo del nefasto gobierno de Javier Milei y del círculo de poder empresarial que lo sostiene y financia.
A generar unidad.
La reconstrucción del poder de convocatoria popular requiere dejar de pretender imponer conducciones que impiden generar una verdadera y convocante síntesis y generar la unidad del campo nacional y popular sobre la base de un proyecto de desarrollo nacional de base industrial, con sentido federal y espíritu soberano.
Es imperioso también, llevar adelante un sostenido proceso de renovación dirigencial. Pero, fundamentalmente, debemos volver a construir una sociedad basada en la centralidad de las fuerzas productivas, en la que el trabajo tenga mayor valor y sentido que la especulación financiera.
En el que la educación y el desarrollo científico y tecnológico vuelvan a ser prioritarias políticas de estado, en el que las infancias y los adultos mayores gocen de los derechos y beneficios que les corresponden. Estar a la altura de las circunstancias en el presente nos lo demandan la historia y el futuro.
Debemos comprometernos y militar para dejar atrás esta oscura etapa.
Merecemos ser una Patria Justa, libre y soberana.
Chubut, 10 de diciembre de 2024.
INTEGRAR PARTIDO PARA LA INTEGRACIÓN PATAGÓNICA